Eran otros tiempos, pero ni el paso del mismo hace olvidar tan rápidamente ni a los aficionados ni a la prensa las respuestas y reacciones de Luis Enrique y Mourinho, cada uno en su etapa, ante cualquier rumor o tema polémico.
Para la historia quedarán las broncas de 'Lucho' y el recrminibale trato que, en ocasiones, les daba a ciertos periodistas. Y qué decir de los "¿por qué?" del portugués o sus listas negras de árbitros y sus errores.
Ahora, las aguas está más en calma que nunca entre Madrid y Barcelona. Tanto Zidane como Valverde suelen rehuir cualquier respuesta que les pueda comprometer. Prefieren hablar en el campo. En los banquillos. A base de resultados, y no de 'shows'.
El carácter de ambos ayuda al buen ambiente tanto en la sala de prensa como alrededor de sus respectivos equipos. La tranquilidad y el estado zen en el que parecen vivir proporcionan al equipo las condiciones idóneas para pensar en lo único importante: el balón.
Un claro ejemplo llegó en la previa de la jornada 12 de LaLiga. Al 'Txingurri' le preguntaron por el posible fichaje de Griezmann. Su respuesta: "Es un gran jugador, pero me quedo con los que tengo. En el futuro ya veremos".
Y esta fue la de Zidane ante una cuestión similar, pero en referencia a Neymar: "Es muy bueno, pero yo tengo a los mejores aquí. El futuro se verá". Ambos comparten fórmula: elogio al jugador, elogio a sus jugadores y, con el futuro como excusa, salida airosa del aprieto.
Pero especialmente comparten sensaciones, esas que parecen transmitir que, ahora sí, en Barça y Madrid sólo se habla de fútbol.