Arrancó el cuentro tras el homenaje a Kenny Dalglish, pero fue el Manchester United quien enseñó los dientes en los primeros compases del encuentro en Anfield.
Al ímpetu de los visitantes, le sucedió el vértigo descontrolado. Transiciones ofensivas que morían antes de llegar a parcelas defensivas, más pasión que cabeza y ninguno lograba hilvanar con criterio.
Poco a poco, el Liverpool se hizo con el balón y trató de mecer -tímidamente- a su rival. El Manchester United aceptó el baile y se escondió para salir al contragolpe.
¡Un clásico! Mourinho, en su salsa. Sin embargo, las galopadas visitantes no llegaban al área de Mignolet y el encuentro adolecía de ritmo.
Avisó Matic en el minuto 30, firmando la primera ocasión del partido, pero fue De Gea el gran protagonista del primer tiempo y, a la postre, del partido.
El guardameta español sacó un pie espectacular para detener el disparo de Matip. Cuando la parroquia local cantaba gol, el portero volvió a erigirse como héroe para salvar a su equipo.
Poco después, Lukaku tuvo la suya ante Mignolet y falló. El belga no pudo resolver el mano a mano y estrelló contra el muñeco una oportunidad a la que le sobró potencia y le faltó precisión.
Tras la reanudación, Coutinho se echó al Liverpool a la espalda hasta que le duró la gasolina. El brasileño asumió los galones, pero la defensa de Mourinho estaba muy bien plantada sobre Anfield.
Así fue que el dominio estéril de los locales fue apagándose merced al paso de los minutos y el portugués, que jugaba a no perder, lo consiguió.
Reparto de puntos en Anfield, donde De Gea salvó al Manchester United y Lukaku perdonó al Liverpool.