Nadie es infalible. Buffon lo ha demostrado hoy, ante el Tottenham. Si hay alguien responsable del empate, es él. Al menos en parte, claro.
Había algo raro en esa barrera. La falta fue relativamente centrada, y Buffon se decidió por tapar su poste izquierdo. Colocó cinco hombres en la barrera y los ajustó al poste. Hasta ahí todo correcto.
Tenía la intuición de que sería Eriksen, y no Lamela, quien iba a chutarla. No se equivocó. El danés la botó, pero no como esperaba.
La barrera estaba puesta de tal modo que iba a tapar el disparo si iba por fuera. Ya taparía Buffon el palo derecho si Eriksen optaba por cruzarla. Pero todo salió mal.
Kane estorbó a los integrantes de la barrera todo lo que pudo, pero el que colaboró con el gol casi tanto como el propio Eriksen fue Dele Alli. Hizo pantalla a Chillini y estorbó a Buffon en el disparo.
Buffon, como hemos dicho, esperaba que el disparo fuese por fuera, por la izquierda de la barrera, y por eso en el último momento dio un paso hacia ese lado. Fue el último clavo de este ataúd.
El disparo resultó ser cruzado y raso, lo que descolocó al veterano arquero italiano y le pilló a contrapié. Se tiró, pero no llegó.
Buffon no acertó a la hora de colocar la barrera, la Juventus no acertó a la hora de cubrir la falta (el Tottenham le ganó la partida táctica claramente), y Buffon volvió a fallar al no confiar en sus compañeros del muro.