El PSG quiso tener un detalle con el pueblo chino, aprovechando el importante mercado existente en el continente asiático. Una curiosa iniciativa que viene motivada por la celebración del Año Nuevo Chino.
Por ello, los jugadores del cuadro parisino saltaron al terreno de juego con unas camisetas diferentes, al menos en el detalle de los nombres. Todos ellos, sin excepción, estaban escritos en mandarín.
Una curiosidad que llegó en un encuentro muy importante para el PSG en lo anímico, después de caer en la ida de la eliminatoria de octavos de final de Champions ante el Real Madrid.
Un encuentro, ante el Estrasburgo, que sirvió para ver de nuevo sobre el césped a Di María, uno de los grandes perjudicados por los movimientos de Emery en Madrid.