El Legia de Varsovia no vive sus mejores días. Después de no conseguir arrancar en la Ekstraklasa (Liga Polaca), Europa no ha sido su refugio. Al contrario, ha sido la puntilla: pasaron de soñar con repetir fase de grupos de Champions a caer eliminados de la previa de la Europa League.
Pero no sería fácil decir esto hace un año. El 2 de noviembre de 2016, los polacos hicieron saltar las alarmas para nada menos que el Real Madrid. El encuentro, que se jugó a puerta cerrada, acabó con empate a tres, pero el Legia estuvo a punto de quebrantar la racha blanca.
La epopeya no se quedó ahí: los polacos le hicieron cuatro goles al Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park, que se dice pronto. Eso sí, los de Tuchel marcaron el doble. También derrotaron al Sporting de Portugal, logrando la codiciada tercera plaza.
El panorama es muy distinto casi diez meses después. Son sextos en la Ekstraklasa, un puesto nada aceptable teniendo en cuenta que hablamos de un grande consolidado y vigente campeón. Y Europa no ha paliado sus problemas nacionales. Al contrario.
Superaron la segunda ronda previa de la Champions, por un global de 9-0 ante el modestísimo IFK Mariehamm. Pero un rival de caché, en este caso el Astaná, cortó las esperanzas del Legia de repetir fase de grupos por segundo año consecutivo.
Todo apuntaba a que lograrían hacerse hueco en la Liga Europa, pero el Sheriff de Tiraspol lo impidió. El empate a uno en Varsovia y las tablas sin goles en Moldavia dejaron al Legia en la cuneta. Una gran decepción de la fase previa.
El ambiente hostil que caracteriza a la afición no ayuda. Sus ultras son considerados una de la afición radical más violenta de Europa. Los tifos antifascistas que en ocasiones luce el Wojska Polskiego cada vez son más una seña de identidad.
Por si fuera poco, el Legia mantiene una tensa relación con la UEFA. Hace una semana, el máximo organismo europeo multó a los polacos. Al día siguiente, apareció un tifo que representaba a un cerdo con un traje con el signo del euro con bolas del Legia. Y no podía faltar el logo de la UEFA de fondo.
Una situación que no es ni mucho menos la mejor para el Legia de Varsovia, que en unos diez meses ha visto como su éxtasis por sorprender en Champions se ha tornado en decepción por su declive en la Ekstraklasa y en la Europa League.