Abril de 2014. Barcelona y Real Madrid se vuelven a ver las caras en una final de Copa tres años después, de nuevo en Mestalla y con mucho que demostrar por ambos conjuntos. Es año de Mundial y, como tal, la final copera no cierra el año, sino que ha quedado encajonada en la indiferencia de la mitad de la temporada, esa que sólo un 'Clásico' puede romper.
Se miden el Real Madrid de Ancelotti, que todavía aspira a ganar todo, y un Barcelona del 'Tata' Martino al que se le ha acabado la gasolina en el peor momento. Los 'culés' son favoritos, pues Cristiano Ronaldo no puede jugar el partido y lo ve desde la grada y han desmotrado en los cara a cara con los blancos su superioridad.
Han ganado los dos choques ligueros al Real Madrid, con aquel ya histórico golazo de vaselina de Alexis en el Camp Nou (3-1) y con la enésima exhibición de Leo Messi en el Bernabéu (3-4), este encuentro sólo un par de semanas antes de la final.
Di María ha adelantado al Real Madrid en la primera mitad y el choque parece bajo control para los blancos. El Barcelona conseguiría reaccionar en la segunda mitad y empataría por mediación de Bartra en un saque de esquina justo después de que Benzema y Modric se toparan con el palo y pospusieran la resolución de la final.
Entonces, en el minuto 84 y con el Barcelona embotellando al Real Madrid en su área en busca del segundo, llega el gran momento de Bale. El galés, empeñado en mostrarse mejor que Neymar, arranca y se va con una fuerza descomunal de Bartra, que es incapaz de agarrarle o frenar su avance en el cuerpo a cuerpo. El resto, en el mano a mano con Pinto, ya es historia del fútbol español.
Aunque Neymar estuvo a punto de empatar poco después, el gol fue un mazazo irreparable para el Barcelona, que no se recuperaría y perdería la Liga de manera un tanto polémica en la última jornada ante el Atlético de Madrid, con un gol legal de Leo Messi no concedido por Mateu Lahoz.
El equipo blanco, con Bale como líder de la remontada, se alzaría con la Champions League en la mítica final de Lisboa ante un Atlético que acabó roto físicamente. El galés era uno de los hombres de moda y sólo llevaba un año en el Real Madrid, en tanto que en Barcelona Bartra había quedado marcado con una cruz para siempre.
Cuatro años después, la vida de los dos protagonistas de aquella jugada ha dado un cambio radical. Bale es ahora el foco de las críticas en el Real Madrid por su flojo desempeño y su nulo interés y Bartra se ha confirmado como uno de los mejores defensas de la Liga a su vuelta a la competición española con el Betis.
Un paso accidentado -nunca mejor dicho- por Alemania después, el central ha encontrado su mejor fútbol, ese que Bale pareció arrebatarle en una acción de apenas 15 segundos y que se convirtió en el ideal que el futbolista galés no ha logrado volver a alcanzar.