Justo cuando más se hablaba de la posibilidad de que el ex del Tottenham salga del Madrid en el próximo mercado, al fin tuvo un día completo. El partido contra el Alavés permitió a Bale encontrar una pista de despegue, pero debe confirmar en futuras citas que está listo para la batalla.
En los seis encuentros anteriores al del Alavés, el galés sólo había producido una asistencia y había sido suplente en tres de los últimos cuatro. Sus porcentajes de remates, regates y centro, que solían ser altos, estaban bajo mínimos.
Su gol al Alavés y el penalti provocado para que Benzema cerrara la goleada suponen un espaldarazo para el jugador al que Zidane quiere recuperar para el tramo decisivo del campeonato, especialmente en Europa.
Bale no está siquiera entre los 15 jugadores con más minutos esta temporada (aunque también han mediado lesiones), y quedó ciertamente marcado en su suplencia contra el PSG, el partido más importante del Real Madrid en la temporada.
Está por ver si Zidane se acuerda de él en el partido de París, pero necesitará mucho más para volver a ser ese jugador diferencial que ha llegado a demostrar.