Arrancó el encuentro con dominio local plano y estéril, demasiado previsible para un conjunto 'perico' que esperaba ordenado bajo el diluvio universal para salir al contragolpe.
La lentitud de la circulación del balón en un terreno empantanado lastraba la emoción de un encuentro que carecía de profundidad, convertido en un pulso táctico entre los 'Quiques'.
Un apagón cuando Loren encaraba la frontal del Espanyol dio paso al surrealismo, donde entraron en escena el vuelo de un paraguas que recogió Adán y la activación de los aspersores en pleno partido.
Antes del segundo corte de luz, Junior adelantó al Betis aprovechando la ayuda de la zaga 'perica' para rematar un centro medido al segundo palo de Boudebouz.
Dio un paso adelante el Espanyol tras el descanso, hasta que los de Quique Setién volvieron a hacerse con el balón para retomar su monólogo del primer tiempo en el Benito Villamarín.
Avisó de nuevo Junior, pero marcó Boudeboouz. El delantero verdiblanco se acomodó el balón a su zurda para fusilar a Pau López con arogancia, noqueando a los de Sánchez Flores.
Sin noticias de la delantera visitante, el Betis comenzó a gustarse, bailando bajo el diluvio que caía en el Villamarín con insultante facilidad hasta que Francis se unió a la fiesta.
El carrilero verdiblanco recibió de Fabián en el área y, cuando todos esperaban el centro, sorprendió a Pau López y cerró una goleada que le permite soñar con Europa.