El combinado brasileño puso en marcha un contraataque de libro. Desde el centro del campo, Coutinho vio al ex futbolista del Barça desmarcarse y no dudó en pasarle el esférico.
Neymar no tocó el balón hasta que encaró al portero japonés. Un sutil toque le valió para regatearlo y, con la portería vacía, el 'crack' anotó el tanto. Un gol con el que mostró al mundo que había nacido una nueva estrella.