No suele Leo Messi referirse a Cristiano como su enemigo o adversario definitivo, pero el antagonismo que protagonizan uno y otro ya va para una década. Una década en la que dos jugadores han estado muy por encima del resto. Sin discusión.
En el caso particular de Messi, el argentino se enfrenta a una ocasión de oro para confirmar su buen estado de forma y el favoritismo de un Barcelona que lleva una campaña sobresaliente. Con Messi, el Barça se siente capaz de todo.
Lo demostró ante el Chelsea, aún vigente campeón de la Premier League. Marcó en la ida un tanto salvador y en la vuelta regaló al mundo del fútbol una exhibición de época. Dos goles y una asistencia. Fue, sin duda, el factor que desequilibró la eliminatoria.
Messi ha ido encadenando recitales en lo que va de temporada. En Liga es tirano absoluto: máximo goleador (26) y máximo asistente (13). Cifras que abruman. En Champions, en cambio, el apartado numérico no es tan brillante.
Hay que poner esto en perspectiva, no obstante. En fase de grupos, Messi apabulló a la Juventus en el Camp Nou y en Turín empezó desde el banquillo. Leo, como el Barça, mostró una versión apenas correcta ante Sporting y Olympiakos.
A diferencia de las últimas temporadas, el astro argentino ha empezado a ofrecer su juego más explosivo en la hora de la verdad. Se acabó lo de marcar diez goles en fase de grupos. Messi sabe dosificarse en el campo y reventar partidos cuando la ocasión lo requiere. El Chelsea puede hablar de ello.
Pendientes en Argentina
Esta eliminatoria ante la Roma también servirá a Leo para disipar cualquier duda que hubiere sobre su estado físico. No jugó con Argentina por problemas físicos y esto levantó suspicias, máxime cuando jugó un rato contra el Sevilla y marcó el gol decisivo.
Messi, acostumbrado al debate, permanece ajeno a los dislates y se centra en el fútbol. A sus 30 años, ha desarrollado aún más el fútbol maduro que va más allá de marcar goles y, sin embargo, no parece haber perdido chispa ni determinación.
Chelsea, Atlético, Real Madrid, Juventos o Sevilla, por citar algunos de los rivales de mayor nivel, han padecido en sus carnes el 'factor Messi'. Más allá del fútbol del Barcelona de Ernesto Valverde, que ha fortificado el bloque y ha conseguido un equipo sólido y difícilmente abordable, Messi ha generado obra de arte tras obra de arte.
Su sublime actuación ante el Chelsea, su falta teledirigida ante el Atlético, la falta por debajo de la barrera ante el Girona, su dominio autoritario en el Bernabéu... Una colección de lujo. La Roma le da a Messi la llave para que abra su museo.