Con la sensación de haber "decepcionado a mucha gente", como reconoció su entrenador Ernesto Valverde, se reencontró el Barcelona con su afición en la búsqueda de nuevas ilusiones, dar valor a una Liga conquistada con autoridad y poca emoción, adaptando el reto de lograr un doblete en su temporada tras renunciar con dolor al triplete por la remontada encajada en el Olímpico de Roma.
Aturdido, el líder comenzó agarrándose a la figura de Ter Stegen y la entrada en el once de Coutinho le aportó el fútbol que le faltó en 'Champions'. De su visión y el pase entre líneas al espacio para la definición de un matador como Luis Suárez, nació la reacción del Barcelona.
Lo intentó siempre con verticalidad y velocidad un Valencia al que le faltó puntería y que recibió el castigo del segundo tanto al arrancar el segundo acto merced un testarazo de Umtiti. Antes había salvado Piqué bajo palos el empate y Ter Stegen no se cansó de parar hasta que por debajo de su cuerpo se coló el penalti lanzado por Dani Parejo. Marcelino García Toral suma catorce enfrentamientos ante el Barcelona sin ganar ninguno.