Para Andorra, cualquier encuentro puede presentar una oportunidad única de hacer historia. Entre tantísima derrota, cualquier resultado positivo para los andorranos provoca una fiesta nacional. Da igual el rival, tampoco importa si es amistoso o partido oficial. Ganar cambia la vida a cualquiera.
Así llega Andorra al encuentro ante Liechtenstein. Dos Selecciones acostumbradas a convivir con las goleadas en contra. Sin embargo, el equipo del Principado vive uno de los momentos más ilusionantes de su vida, después de lograr en junio pasado el primer triunfo en una eliminatoria para un Mundial.
Fue ante Hungría, por 1-0, y supuso la quinta victoria para Andorra desde que fuera reconocida en 1996 por FIFA y UEFA. Bielorrusia fue la primera víctima andorrana, en el 2000, uniéndose con el paso de los años Albania, de nuevo Macedonia (ya en partido oficial), San Marino y la citada Hungría.
Llegó a estar 13 años sin conseguir una victoria, pero en Andorra estiman que la vida deportiva comienza a cambiar. No para codearse con las Selecciones más potentes del planeta, en absoluto, pero sí para merodear triunfos ante equipos que están a su par.
Por ejemplo, Liechtenstein, cuyo último encuentro se saldó con victoria (1-2) ante una Catar que vive por y para preparar el Mundial que organizará en 2022. Un partido que no atrae, pero que a Andorra le puede servir para meter sexta.