Dejando a un lado al tridente blanco, el caso concreto de Bale ha sido, cuanto menos, un riesgo innecesario que terminó reventando en las manos del entrenador madridista.
El galés no estaba en condiciones hace cinco días para jugar ante el Bayern y, naturalmente, tampoco lo estaba para ser titular en el 'Clásico'. Su lesión en la primera parte dejó en evidencia la decisión de Zidane.
Además, las opciones con las que cuenta en el banquillo hace aún más ilógica la decisión de apostar por el '11'. Asensio, Isco o James, que empató el partido con uno menos, no son piezas de las que dudas hasta el extremo de alinear a un jugador más que 'tocado'.
Especialmente extraño es el caso del malagueño. Su exhibición ante el Sporting, con dos golazos incluidos, parece no ser suficiente. Y ese es el sentimiento que guarda Isco: que nada de lo que haga parece que cambie la opinión de Zidane.
Así, el galo volvió a obcecarse en una idea que le ha costado dejar abierta LaLiga, así como un sinfín de críticas hacia su labor.