Y las críticas no han hecho esperar. Como suele ser lo habitual, estas han ido en dirección al entrenador, Zinedine Zidane. Las rotaciones y los cambios del galo son ahora cuestionados por la parroquía blanca.
'Zizou' renunció a Isco y Modric en la segunda parte ante el Betis para acabar con un sistema táctico nunca visto antes hasta la fecha. Un caos que propició que el Betis le pillara en una contra y se llevara los tres puntos gracias al gol de Sanabria.
Hasta el propio Sergio Ramos reconoció tras el partido que en algunas ocasiones los cambios funcionan, y en otras no. El choque ante el Betis fue uno de esos días en los que más que arreglar la situación la empeoró para los blancos.
A esto se unen las rotaciones. Es raro el partido en el que el galo no introduce alguna novedad en su once, repartiendo muchísimo los minutos y dando protagonismo e importancia a jugadores que, en principio, tienen un rol más secundario. Algo que ha sido casi una relgión para el francés.
Y es que el Madrid no comienza tan mal una Liga en casa desde la temporada 1995-96, en la que sumó dos derrotas y un empate. El crédito de Zidane ni se discute, pero el galo comienza a saber lo que es cargar con la responsabilidad de las derrotas.