Para Zinedine Zidane, la 'BBC' siempre fue un tema más que zanjado: si Benzema, Bale y Cristiano se encuentran en buenas condiciones, saldrán como titulares. Una delantera intocable.
Pero una de las patas de esa mesa no se ha mostrado últimamente con la firmeza que el Madrid requiere. Gareth Bale acumuló lesión tras lesión y, de hecho, no jugó la final de la Champions por no llegar a tiempo.
El caso es que la situación de Bale no es nueva. Hay que remontarse a la campaña 14-15 para observar más de 30 partidos en Liga del delantero de Cardiff. En la 15-16 disputó 23 (19 goles) y en la 16-17, 19 (siete tantos).
El rol de Bale, al menos en minutos, va a menos por culpa de su delicado estado físico. Paralelamente, Isco y Asensio han demostrado capacidad para ser fijos en las alineaciones de Zidane.
Bale se machaca en Los Angeles para que no se repita su falta de minutos. Que Zidane no le pusiera en la final de la Champions, pese a que llegó justo en lo físico, se interpreta como la confirmación de que ya no es tan imprescindible.
El futbolista galés cumple mañana 28 años y esta temporada se erige como una reválida en la que debe hacer más méritos para no salir de los planes de 'Zizou'.