Todavía se busca un rival que sea capaz de plantar cara a un PSG estelar en Champions. No cabe duda que el proyecto parisino pasa por levantar una 'orejona', algo que queda demostrado en cada encuentro de los de Emery. Ante el Anderlech, nueva exhibición de poderío incluso jugando a medio gas.
Porque por muchos momentos, el PSG paseó por el Parque de los Príncipes. Tocó y tocó hasta que su rival no tuvo argumentos con los que contener la estampida. A pesar de ello, el gol tardó media hora en llegar. Lo hizo Verratti, que culminó una jugada maravillosa entre Mbappé, Neymar y el italiano.
Con la lata abierta, el PSG puso sobre el tapete lo mejor que tiene, comandado por un Neymar nuevamente a gran nivel. Fue precisamente el brasileño el que, en el descuento de la primera mitad, caracoleó en el balcón del área y situó el 2-0.
Hasta Kurzawa se apuntó a la fiesta
Aún quedaba lo mejor de la noche. Sin esperarlo, Kurzawa se convirtió en el invitado ideal a la fiesta parisina. Marcó en el 52, consiguió el doblete en el 72 y, frótense los ojos, cerró la noche de su vida certificando su 'hat trick' en el 78. El gol número 17 para el PSG en cuatro choques de Champions. Demencial.
Es un buen resumen de lo que es este PSG, un equipo en el que cualquiera de sus piezas está capacitada para destrozar al que se ponga a su paso. Ante el Anderlecht, la tropa de Emery volvió a ponerse el traje de las grandes noches y le recordó a Europa, por si había alguna duda, que babean por levantar una Champions.