El partido fue igualado a más no poder, de principio a fin. Tanto, que por momentos el resultado pudo haber sido perfectamente otro.
Tanto, que hubo que esperar más de una hora, casi todo el partido, para ver el único gol de éste. Lo marcó Thomas Müller en el minuto 79 de juego, cuando apenas llevaba un cuarto de hora, a pase de Coman.
El Bayern parecía tener bajo control la situación, pero nada más lejos de la realidad. Ulreich tuvo que ponerse el mono de trabajo, y en el 89' evitó una clarísima. Lo mejor estaba por llegar
Se decretaron cuatro de añadido, pero en el último minuto Rafinha cometió un imperdonable error. Cometió penalti, pero no fue señalado hasta que el VAR decretó que así era.
Akolo asumió la responsabilidad. Marcarlo significaba sumar un punto ante el todopoderoso Bayern. No habría tiempo para más. Lo pateó y... Sven Ulreich se lo detuvo.
Traca final para un partido que fue de menos a más, y que terminó coronando a un nuevo rey de Baviera.