Se notaba la necesidad de puntos del Dépor. Su necesidad de llevarse una alegría, de sumar de tres en tres de una vez. Sabían los de Cristóbal Parralo que el Leganés no les pondría las cosas fáciles, pero buscaron el triunfo a toda costa.
Desde el primer minuto se vio qué partido veríamos. El Dépor sería el que llevaría la iniciativa, mientras que el Leganés, fiel a la filosofía de Garitano, se plantó bien sobre el césped, y gracias a los esfuerzos solidarios evitó el peligro blanquiazul.
De hecho, durante los primeros veinte minutos de partido no pasó gran cosa. Ni el Dépor, con sus ataques posicionales, metía en problemas al Leganés, ni los 'pepineros' hacían daño a la contra a su rival.
Pasado ese minuto, en el 22' el Leganés tuvo su mejor ocasión hasta el momento, un contragolpe clásico con cambios de banda que no terminó rematado por nadie, sino despejado por Rubén de puños.
Poco después, en el 24', casi en el único error defensivo del Leganés en todo el partido, llegó el gol del Dépor. Se equivocó al dar salida al balón, éste terminó en las botas de Emre Çolak, sublime en su vuelta a la titularidad.
El turco disparó desde la frontal, y el esférico sorprendió a Cuéllar. Metió las manos y dejó el balón muerto delante. Raúl García, confiado, no lo despejó con contundencia y en su lugar se la regaló a Adrián para que en plancha rematase de cabeza el que sería el 1-0.
El Dépor jugó sus mejores minutos entonces, poniendo en graves apuros al Leganés. Adrián quería el doblete, pero no lo encontró. Sobrevivió al temporal el Leganés, y pasó a la ofensiva hasta el descanso.
Pero el marcador no se movió. Garitano introdujo cambios al descanso, y suya fue la primera ocasión de la segunda parte, pero Szymanowski estaba en fuera de juego cuando recibió el balón de Gabriel Pires.
El encuentro recayó en la tónica de la primera parte, con el Dépor ofreciendo alternativas y con el Leganés replegado y contragolpeando, lo que favorecía a los intereses del cuadro local.
Se le hizo muy largo el partido al Leganés, que no fue capaz en ningún momento de tomar la iniciativa del partido. De hecho, estuvo más cerca el 2-0 que el empate, sobre todo con el larguerazo de Carles Gil en el otro error defensivo del Leganés hoy, un córner sacado en corto mal defendido.
Pasaron los minutos y de nuevo, con más corazón que cabeza, el Leganés se fue al ataque, sin éxito una vez más. El Dépor logró tres puntos vitales, y dejó con un amargo sabor de boca al Leganés, que se marchó de Riazor con la sensación de haber podido hacer más.