El choque, que además daba al ganador una plaza para la gran final, se desarrolló en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte. Allí, la todopoderosa Alemania de Löw, que se convertiría días más tarde en campeona del mundo, afrontaba la semifinal ante la otra favorita, que, además, ejercía de anfitriona.
Sin Neymar, que sufrió una durísima lesión en el partido de cuartos de final por un rodillazo de Zúñiga, Brasil se encomentó a Fred en ataque. Alemania salió con toda su artillería... y arrasó por completo a la 'canarinha' en una primera mitad antológica.
Müller abrió el marcador en el minuto 11, lo que significó un duro golpe para el cuadro teutón... aunque no fue nada comparado con los cuatro goles que les llegaron desde el 23' hasta el 29', anotados por Klose, Khedira y Kroos (partida doble).
La segunda mitad comenzó con un 0-5 en el marcador y tuvo la misma tónica. André Schürrle, que salió desde el banquillo en el 60', anotó un doblete que colocó un 0-7 que no acabó siendo definitivo a a causa de un solitario gol de Oscar en el 90 que sólo maquilló lo que fue la humillación más grande de la historia de Brasil.