No está teniendo todos los minutos que quisiera Vinícius Junior. El joven jugador brasileño, por el que el Madrid pagó 45 millones de euros, protagonizó una curiosa anécdota en el partido de la Copa Brasil ante Botafogo.
Y es que el la promesa brasileña entró en el 75 para vivir los últimos minutos de partido. Lo que no se esperaba era que tan sólo ocho después tuviera que poner rumbo de vuelta al banquillo tras la expulsión de Alex Maralha.
Rueda tuvo que dar entrada a un portero suplente y escogió a Vinícius para que fuera de vuelta al banquillo. Se lo tomó bien un Vinícius que vivió un capítulo de racismo en el Estadio Nilton Santos.