Si hay un día en la temporada 2016-17 determinante para Neymar fue el 8 de marzo. El día de la remontada a su actual equipo. El día del 6-1. El día en el que Neymar se echó al Barça a la espalda y con un doblete y una asistencia hizo posible lo imposible.
Pero también fue el día en el que se dio cuenta de que necesitaba volar del nido. Salir de la sombra de Messi. Ese día fue su día, pero la foto que todos recordamos es un Messi enajenado jaleando a la grada del Camp Nou.
La temporada de Neymar fue buena, aunque no espectacular. Al menos, no al nivel de su ex compañero Messi o del tercero en discordia, Cristiano. Neymar sumó trece tantos en Liga y 10 asistencias, así como otros dos tantos en la Champions, acompañados de siete pases de gol.
Unas cifras al alcance de muy pocos, pero discretas si las comparamos con sus competidores. Quizá por eso mismo decidió en verano marcharse al PSG, el equipo al que ajustició con el que quizá haya sido su mejor partido como azulgrana.
A nivel de títulos, Neymar se queda algo corto, pues sólo pudo celebrar la Copa del Rey, un trofeo que supo a poco en 'can Barça' tras el doblete de los blancos. En la final marcó uno de los tres goles y dio el pase para otro de ellos.
A sus 25 años, Neymar ha emprendido una nueva etapa en su vida, un cambio controvertido destinado a hacerle brillar por encima del resto de estrellas del equipo. Ser 'The Best' sería el primer paso para su consagración definitiva.