Apretaban los blancos en los primeros compases del partido ante un Barcelona que no terminaba de encontrar su sitio sobre el césped del Bernabéu.
Ter Stegen sostuvo a los suyos cuando peor lo estaban pasando con una buena mano ante un disparo raso y seco de Cristiano.
Anteriormente ya avisó al luso de que no sería fácil batirle, al ganarle la partida en el primer enfrentamiento entre ambos con la portería del Bernabéu como escenario de lujo.