"Mi vida ha sido como una película", reconoció poco después de estampar su rúbrica por primera vez como jugador del primer equipo argentino. A los 13 años le diagnosticaron leucemia (cáncer en la sangre) y la primera pregunta que le hizo al dóctor por aquel entonces fue: "¿Podré volver a jugar?"
Y sí, sí pudo. Pero no fue fácil. Pereyra estuvo dos años recibiendo un tratamiento de quimioterapia. Lo terminó con 15 años, cuando la enfermedad por fin le dio una tregua. Y desde entonces hasta ahora sólo tuvo una cosa en la cabeza: el fútbol.
"Nunca bajé los brazos. No pasó por mi cabeza la idea de dejar el fútbol pese al parón de dos años", aseguró cuando volvió a vestirse de corto en las categorías inferiores del 'Ciclón'. Desde enonces, trabajo, esfuerzo y nunca rendirse. Todo para cumplir un sueño que ya es realidad.
Firmó su primer contrato con San Lorenzo hace unos días, entre lágrimas y el abrazo más sentido de sus padres en una de las imágenes que estremeció a Argentina. La carrera del lateral de 18 se antoja importante. De hecho, puede presumir de haberse enfrentado a Messi en un partidillo organizado por Sampaoli que disputó la Selección Sub 20 de Argentina (donde él milita) con la absoluta.