Minuto 93. El partido aún no había acabado y el Girona se negaba a dejar de presionar.
Menos mal que allí estaba Oblak, impasible. No importa lo cerca que estén de su meta: sus nervios de acero hacen de Oblak el meta perfecto.
Chutó el Girona, el balón le cayó a Koyade. Montilivi estaba a punto de volverse loco gritando gol... pero Oblak lo impidió. Sacó la rodilla lo justo para evitar el tanto.
No es su mejor parada ni la más bonita técnicamente. No importa: vale su peso en oro.
Una parada milagrosa que salvó al Atlético de la que hubiera sido su primera derrota de la temporada. No digan milagro, digan Oblak...
Η επέμβαση του Oblak στην κεφαλιά του Kayode στο 94' που στέρησε τη νίκη στη Girona. pic.twitter.com/I36ay3LsXD
— Αντρέας (@adreas_k) 19 de agosto de 2017