El técnico argentino fue destituido ayer a pesar de la victoria ante el Peralada (3-2) que sitúa al Hércules a cuatro puntos de la promoción de ascenso y a trece del liderato.
"Hemos jugado siempre dentro de un clima hostil", lamentó el entrenador en relación a la exigencia y las urgencias del club alicantino en Segunda B.
"Nunca pudimos tener una comunión muy fuerte con el entorno, que tuvo poca paciencia con los futbolistas y ese 'run run' va generando desconfianza", argumentó Siviero, quien admitió que ese ambiente forma parte de la exigencia del club.
Siviero afirmó que se va del Hércules "tranquilo y en paz" más allá de la "frustración" de no haber podido llegar al final del proyecto ya que se sentía con fuerzas para seguir.
El argentino se mostró sorprendido por la destitución tras una victoria, si bien razonó que su salida no tiene mucho que ver con lo sucedido ayer en el partido "porque era algo de lo que se hablaba hace dos semanas".
Siviero no quiso responsabilizar a los jugadores, como sí hizo el presidente, Juan Carlos Ramírez, de su destitución y lamentó que el equipo se cayera abajo "por unos partidos que se nos escaparon".
"No hablo de ganar, sino de conservar puntos que se nos fueron por detalles y que ahora nos harían estar en promoción. Nos entró la desconfianza", comentó el preparador, quien ha sido despedido por el vestuario con una ovación.
Siviero tampoco compartió las críticas del presidente a la preparación física del equipo y confió en que el Hércules pueda pelear al final del campeonato "tranquilamente por el ascenso" si logra ajustar "cuatro cosas".
El Hércules ha regresado este lunes a los entrenamientos a las órdenes de Carlos Luque, miembro de la comisión deportiva, quien ya dirigió al equipo en el tramo final de la pasada temporada.
Luque estará al frente del Hércules hasta que el club haga oficial el nombre del nuevo técnico, que debutará el próximo fin de semana en Formentera.