Ha tardado tres meses, pero el Real Madrid ha vuelto. Huele a título lo suficiente como para reactivar a una plantilla adormecida durante tres meses. La motivación se nota, mucho más en un equipo que lo ha ganado prácticamente todo en año y medio. Tendrá que refrendarlo en el Mundial de Clubes y en el 'Clásico', pero las sensaciones son las de ese plantel que tanto asustaba en agosto. El equipo de Zidane espantó las dudas que venía arrastrando con una primera parte primorosa ante un rival que se condenó desde el primer minuto. No existió el Sevilla, que en semanas anteriores habría tenido opciones ante un equipo sin la actitud ni la pegada de hoy, pero se topó con la mejor versión del actual campeón de Europa. Y la combinación entre lo bueno de uno y lo malo de otro acabó con un contundente 5-0 en poco más de 40 minutos.
Y si volvió el Madrid es, en parte, porque volvió Cristiano. Doblete del portugués, uno de ellos tras un penalti tonto de Jesús Navas. Además del luso, el conjunto blanco recuperó una actitud que llevaba tiempo sin mostrar, sobre todo de una forma tan regular. El error de Muriel que permitió el gol de Nacho a los dos minutos encendió la mecha. A partir de ahí, el Madrid destrozó a un rival pusilánime como pocos este año en el Bernabéu. Decepcionó el Sevilla, casi tanto como gustó el equipo de Zidane.
Asensio se reencontró entre líneas para asistir a Cristiano en el 2-0. Marcelo provocó el penalti del 3-0. El enésimo robo en la medular acabó en el 4-0 de Kroos y el siguiente terminó en el primer gol en Liga de Achraf, que definió a las mil maravillas ante Rico. El Real Madrid era una sinfonía comandada por el centrocampista alemán, que llega a punto al momento clave del primer tramo de la temporada. Faltó la guinda de Benzema, pero el francés se estrelló con el palo cuando ya se cantaba el sexto.
El Madrid de agosto vuelve por diciembre
Las rotaciones de Zidane empiezan a dar sus frutos y va recuperando el buen nivel de muchos de sus efectivos, agotados tras los esfuerzos de las Supercopas de Europa y de España y la necesidad que exigió el dubitativo arranque en Liga. Se le nota a Kroos, a Modric y al propio Cristiano, que recuperó el olfato en Liga ante el rival al que más veces ha marcado. Su gesto en la presentación de los Balones de Oro sirvió como presagio de lo que venía. Cinco balones y cinco goles para celebrarlo.
La segunda mitad fue un despropósito en la que el Sevilla no quiso maquillar y el Madrid se negó a hundir más a un equipo cuyo estado anímico quedaba perfectamente expresado en las caras visibles de su banquillo. Zidane repartió minutos entre Marcos Llorente y Dani Ceballos. Al primero toca seguir formándole y al segundo contentarle poco a poco. Rinde para tener más oportunidades, pero Zidane quiere seguir el ejemplo de Asensio con el sevillano. Tocará tener paciencia.
Las piezas blancas encajaron por primera vez en lo que va de curso, y con Achraf, Vallejo y Nacho en la defensa. Los tres dieron un paso al frente ante un ataque sevillista que costó más millones de lo que ha demostrado valer y que tiene al fantasma de Monchi revoloteando por el Pizjuán a semanas del mercado invernal.
El 5-0 no se movió del marcador hasta el final. En gran medida, porque el Real Madrid no quiso. Sobó la bola todo lo que pudo y más el equipo blanco, que tampoco concedió demasiado atrás. La mente viajaba ya hasta Emiratos y el Sevilla lo agradeció. Ni lo cambios lograron levantar del suelo al equipo de Berizzo, K.O. desde el 1-0.
A días de afrontar el Mundial de Clubes, el Real Madrid recupera su mejor versión y espantó fantasmas de un plumazo. Queda claro que a este equipo le mueven los títulos y en cuanto ha vuelto a olisquear uno, se ha reactivado del tirón. En 15 días se juega un título real y uno virtual. El primero será en Emiratos y le haría campeón del mundo, el segundo será en el Bernabéu y le daría una carta para salir de la cárcel y mantener vivo el pulso por la Liga.