Cancelo se va al Inter. Fin del culebrón. Sus lágrimas le han delatado. Pero ha sido un momento emocionante. Las rencillas y los enfrentamientos con la afición de Mestalla son cosa del pasado.
El futbolista se quitó la camiseta y la cambió con un rival. Y rompió a llorar. Sus compañeros se acercaron a despedirse de él. Sabían que se iba. Y la afición lo comprendió de golpe.
Empezó todo Mestalla a aplaudir, a corear su nombre, y eso hizo que su emoción se desbordase. No podía contenerse, pero era una realidad. Su tiempo en Valencia había terminado.
Se marcha por una razón. Él quiere jugar de lateral, porque con Portugal sólo lo hará en ese puesto. Marcelino le había dicho que contaba con él, pero como extremo. ¿El Valencia o el Mundial de Rusia con Portugal?
Cancelo eligió. Eligió marcharse al Inter y jugar como lateral, su posición, en la que se siente más cómodo, en la que le garantiza estar en Rusia 2018.
Simone Zaza prácticamente le despidió tras el partido. "No sé que va a pasar, pero le deseo lo mejor", dijo, buscando las palabras en castellano. Antes excusó los roces que tuvo con la afición, achacándoselos a su juventud.
Cancelo se ha despedido de Valencia, de Mestalla, a lo grande. Jugando los 90 minutos y realizando un partidazo. Y Mestalla se lo ha agradecido como debía, con aplausos.