"Si hablamos de goles importantes, me quedaría con el que marqué ante el Olympiakos en la Champions de la 2004-05. Nos ayudó a pasar a la siguiente fase y luego pudimos obrar el milagro de Estambul", reconoce el británico.
"El momento del gol (a menos de 5 minutos para el final) y lo que necesitábamos para clasificarnos... En el vestuario me di cuenta de lo que había hecho, aunque no fue hasta la ifnal de Estambul, con la victoria, cuando le di el verdadero valor al tanto", profundiza Gerrard.
Tras caer en en Grecia por 1-0, Olympiakos llegó a adelantarse en el choque de vuelta con un gol de falta de Rivaldo que se tragó Kirkland. Recién inciada la segunda parte, Sinama Pongolle empató el choque y la remontada comenzaba a ser posible, pero el segundo y el tercer tanto no terminaban de llegar.
Un semidesconocido como Mellor anotó en el 80 el 2-1, que daba esperanzas de la remontada definitiva, pero no fue hasta la fantástica volea de Gerrard cuando por fin los 'reds' pudieron obrar la remontada. El Liverpool se clasificó en esa fase de grupos gracias a ese tanto y luego fueron cayendo los rivales hasta Estambul. Un día histórico en la carrera de un futbolista que ya ha entrado en la historia del mundo del fútbol en Europa.