Desde el minuto cero, los paraguayos se mostraron valientes y comenzaron a avisar a Germán Lux. River aguardaba y amenazaba a la contra, mientras que los guaraníes buscaban con ahinco reducir el 0-2 de la ida.
Tras una primera parte de alternancia, llegó el tanto paraguayo. A pocos segundos del descanso, Palau recogía con la cabeza un balón imposible de alcanzar y, tras un estético escorzo, logró meter su remate dentro de la portería.
El intermedio no sentó nada mal a River. El 'millo' apenas tardó siete minutos de la reanudación en igualar la contienda y minar las esperanzas visitante en lograr el pase a cuartos.
Sin embargo, lo que permitió a los argentinos celebrar el pase no fue mérito de ellos, sino demérito de un Guaraní que parecía peleado con el gol. Innumerables fueron las ocasiones que malograron los de Paraguay. Y el fútbol nunca sonríe a los que perdonan.
Finalmente, River se lleva el pase a cuartos ante un rival que hizo más méritos que lo que dice el resultado final.