Sergio Ramos vivió su particular drama durante el partido ante el Getafe. El capitán quería jugar a toda costa, pese a que Zidane apostó por dejarle fuera del once.
Minutos antes de que arrancara el choque del Coliseum, Ramos se encontraba vomitando en el vestuario. Se encontraba indispuesto y tuvo que ser atendido con suero.
Zidane habló con él para pedirle que no jugara, pero Ramos insistió y acabó disputando los 90 minutos del encuentro pese al malestar general que sufría.