Eso pasó al finalizar el PSG-Girondins. Malcom, extremo brasileño del conjunto bordelés, buscó a su compatriota Neymar tras el pitido final. Intercambiaron algunas palabras y se acercaron a la grada.
Allí el jugador del Girondins cogió un móvil y se hizo un 'selfie' con el que hasta hacía unos minutos fue su rival, autor de dos goles y una asistencia.
Lo curioso, y quizá lo que ha enfadado un poco a los aficionados del Girondins, es el hecho de que su equipo haya salido escaldado del Parque de los Príncipes. Una abultada derrota por 6-2
Hay quien no entiende cómo tras semejante correctivo, uno de sus jugadores haga la frivolidad de tomarse una foto con un rival, por mucho Neymar que sea.