Suma y sigue. Desde Butarque a cualquier rincón del país. El Leganés sigue enamorando. La humildad y la grandeza van de la mano desde que este club ascendió a la máxima categoría del fútbol español. Y, ante la falta de recursos, bueno es el fútbol y las ganas de soñar.
Este domingo saltaron al campo frente a uno de los grandes de LaLiga, el Villarreal, pero la visible inferioridad de recursos y estrellas ante el 'submarino amarillo' quedó sepultada bajo el pundonor 'pepinero' y el fútbol que se respira en cada una de las cuatro esquinas de Butarque.
Fue, en líneas generales, un partido extraño. Igualdad máxima y esa sensación de haber visto más goles que oportunidades claras. La primera mitad fue un mero calentamiento, con mucha intensidad y casi ningún acercamiento peligroso. En la segunda llegó la sal y la pimienta.
Remontada por carisma
El dominio fue pasando de un lado a otro durante los 90 minutos, pero fue el Leganés quien aprovechó mejor sus oportunidades. Comenzó por debajo a causa de una tremenda contra gestada en un pase de 40 metros de Trigueros a Gava. El joven atacante amarillo definió como si llevara años en el fútbol de élite.
El gol encendió a un Butarque que veía como castigo excesivo la derrota. Sabían que su equipo podía sacar algo bueno ante el cuadro Castellonense y se pusieron manos a la obra. Animó y animó el estadio, hasta que llegaron las tres alegrías.
Diego Rico, con un disparo cruzado al segundo palo, igualó el marcador tras una gran combinación. A diez minutos del final, El Zhar culminó un contragolpe fulgurante y justo en la última jugada, Amrabat le puso a Pires el gol de la sentencia en bandeja de plata.
Una victoria que más que tres puntos, vale todo el cariño y el ánimo que recibió el Lega en su feudo y que, además, deja al equipo 'pepinero' a sólo un punto del Villarreal, que marca el acceso a Europa League. Los amarillos, con sólo un punto cosechado de los últimos nueve posibles, atraviesan uno de sus peores baches de la temporada.