Si el Málaga ha estado coqueteando con el descenso en la 2016-17, ha sido, en gran parte, debido a que una lesión mantuvo a Sandro más de un mes y medio fuera de los terrenos de juego.
Fue entre las jornadas 19 y 25, en las que el conjunto costasoleño sumó cuatro derrotas ante Real Madrid, Espanyol, Eibar y Real Betis, dos empates ante Osasuna y Villarreal y una victoria ante Las Palmas.
Sandro volvió al equipo en la jornada 26, aunque sólo disputó cuatro minutos ante el Athletic de Bilbao. Tras jugar ante Alavés, Leganés y Atlético de Madrid, pero sin tener aún el ritmo competitivo, llegó el vital partido ante el Sporting en El Molinón.
El canario parecía estar al 100% y lo demostró marcando el gol de la victoria y generando peligro constantemente. Tres días después, volvió a anotar en el triunfo por 2-0 ante el Barcelona, además de ser un constante incordio para la zaga 'culé', el equipo en el que se había formado.
Hizo un paréntesis ante el Deportivo de La Coruña, pero volvió a marcar ante el Valencia, el segundo tanto del equipo entrenado por Míchel, y lo volvió a hacer ante el Granada, logrando los goles de la victoria malaguista en el Nuevo Los Cármenes y certificando la permanencia del Málaga en Primera División por décima temporada consecutiva.
Los goles de Sandro han supuesto doce puntos. Ante Eibar (2-1), Athletic (2-1), Sporting (3-2), Deportivo (4-3), Sporting (0-1) y Granada (0-2), un tanto suyo fue vital para que el equipo lograse los tres puntos. 12 de 39, o lo que es lo mismo, casi un tercio de los puntos logrados en la 2016-17. No diga permanencia... diga Sandro.