Messi-Cristiano: Admirados por el mundo, perseguidos por la Justicia

No deja de ser curioso como los nombres de Messi y Cristiano han ganado protagonismo en estos últimos años en temas referentes a la Justicia. Los problemas con el fisco persiguen a las dos grandes estrellas mundiales del deporte más seguido del planeta.

Curioso, sin duda. Son ejemplos para las generaciones incipientes que les toman como modelos de juego y conducto. Los niños de hoy quieren ser Messi y Cristiano. Aquí y en la aldea más recóndita de la Tierra. Es la globalización del fútbol, el tsunami de un deporte que tiene más influencia que el político más importante del mundo.

Son dioses intocables. Acumulan nueve Balones de Oro en esta última década, que serán diez tal y como pintan las cosas para el de 2017. Sus vitrinas están más llenas que alguna biblioteca de pueblo y sus cuentas corrientes acumulan ceros con una facilidad que asusta.

Sobre el terreno de juego son dos de los mejores jugadores que se hayan podido ver a lo largo de la historia. Fuera de él, las decisiones de sus asesores les han costado más de un disgusto. Messi ya ha sido condenado y a Cristiano acaban de acusarle por defraudar casi 15 millones de euros.

Dos problemas con el fisco que han afectado de lleno a su imagen y a su marca, pese a lo poco que se ha notado a nivel mediática y de contratos. Los dos jugadores más mediáticos del mundo, señalados por la Justicia. No habrá cárcel, ni más consecuencia que una multa que sólo hará cosquillas a sus cuentas corrientes.

Pero el fútbol se sigue moviendo demasiado entre corruptelas y problemas fiscales. FIFA, UEFA, CONMEBOL... ahora Messi y Cristiano. Algo pasa tras las bambalinas de un deporte que se sume en la oscuridad cuando se apagan los focos de un terreno de juego.