2 de abril de 2017, Los Cármenes. Rafinha Alcántara abandonaba el terreno de juego en el minuto 17, consecuencia de unas ingobernables molestias en su rodilla derecha. El menisco no aguantaba más, había que operar.
El brasileño ya sabía lo que era echar el freno por un problema en la rodilla, ya que en 2015 una dura entrada de Nainggolan le obligó a pasar por el quirófano. Sin embargo, las complicaciones se multiplicaron en esta segunda operación para Rafinha, al que se le esperaba de vuelta a finales de agosto.
Pero llegó agosto y Rafinha no apareció. Tampoco en septiembre y, ya en octubre, el Barça anunciaba que el futbolista necesitaba ser intervenido nuevamente. Un duro golpe para el centrocampista, que ha tenido que convivir con las dudas de su continuidad en el Barcelona a pesar de su lesión.
Las nubes no borraron la sonrisa de Rafinha, que encontró en las redes sociales un espacio en el que desahogarse y compartir con el mundo entero su evolución. Le tocó empezar de cero cuando más cerca lo tenía, pero sacó su vena guerrera y, meses más tarde, salió cara.
No se contaba con él antes del 2018, pero el brasileño adelantó los acontecimientos sumándose al entrenamiento de este viernes. No se puede decir que esté listo para la competición, pero el talentoso centrocampista ya husmea un hueco en los planes de Valverde. Bienvenido de nuevo, Rafinha.