Si algún equipo mereció marcharse con ventaja al descanso, ése fue el Toulouse, que gozó de las mejores y más claras ocasiones en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Pero unas veces el acierto del guardameta visitante Benoit Costil, que evitó a los 31 minutos el primer gol local con una soberbia parada a lanzamiento Andy Delort, y otras la falta de puntería de los atacantes locales, como en un remate del sueco Ola Toivonen a los 45, impidieron al Toulouse anotar.
Fallos que el Girondins de Burdeos penalizó en la segunda parte al llevarse los tres puntos del estadio municipal de Toulouse con un gol a los 69 minutos del brasileño Malcóm, que firmó el definitivo 0-1 con un potente y preciso zapatazo desde la frontal del área.
Un triunfo que permitió al Burdeos auparse a la tercera plaza de la clasificación, igualado a 12 puntos con el Mónaco, segundo, y a tres del líder, el París Saint Germain, eso sí, con un partido más que monegascos y parisinos.