La pasada campaña, en un duelo sin apenas ocasiones, el equipo de Fran Escribá se impuso por 0-1 con un gol al filo del descanso tras una falta que cabeceó hacia atrás Mussachio y en la que el rechace le rebotó en la cabeza a Soldado.
El triunfo permitió al club castellonense ascender a la quinta plaza de la clasificación y reforzar sus opciones de jugar competiciones europeas.
El estadio de Balaídos ha pasado de ser inexpugnable para el Villarreal, que perdió en sus cinco primeros viajes a Vigo en la máxima categoría, a ser una visita muy provechosa para el club ‘groguet’, que lleva cinco visitas sin perder y ha sumado dos triunfos y tres empates en esos choques.