Khedira apunta a eslabón entre defensa y ataque. El alemán ha derribado todos los muros: lesiones, las excesivas sospechas en el Madrid, su fútbol aparentemente poco vistoso. Con 30 años recién cumplidos, está en un momento de madurez incontestable. Y, pese a las dudas, especialmente cuando fue jugador blanco, lo ha ganado todo siendo fundamental para sus entrenadores: Ligas, Champions y Mundial.
Khedira ha evolucionado de llegador a metrónomo. "No hay mejores jugadores que yo", ha señalado recientemente. El alemán de origen tunecino ha jugado 45 partidos en lo que va de campaña, ha marcado cinco goles y ha dado tres asistencias. Khedira ha dejado atrás las lesiones para ser uno de los 'bianconeri' con más minutos. Con Allegri ha tenido que contenerse en ataque, su gran vocación, pero ha ejercido de pegamento para el resto de sus compañeros.
Casemiro, por su parte, representa el lado más salvaje del Madrid. Ha disipado las dudas y, donde no llega su capacidad táctica, llega su privilegiado físico. Casemiro es el ancla de un Madrid proclive a partirse, pero que encuentra soluciones en el despliegue del brasileño. Eso le lleva en más de una ocasión a bordear la amonestación: demasiada potencia que gobernar.
La de Casemiro es una de las claves en el Madrid de Zidane. El técnico francés siempre confió en el brasileño. Con Casemiro en el campo, el conjunto blanco cerró muchos de los boquetes heredados de la era Benítez. Y este curso se ha destapado ofensivo con cinco goles y cuatro asistencias en 41 encuentros. "Somos una gran familia", destaca Casemiro, pieza fundamental en el engranaje colectivo merengue.