Aunque participó sólo 12 minutos frente a la Real y tocó nueve veces el balón, Carlos Soler se ganó un sitio en el esquema 'che', erigiéndose como pieza angular del equipo.
Desde su debut en Anoeta, el centrocampista ha jugado 43 de los 44 partidos que ha disputado el Valencia desde aquella noche en Anoeta, perdiéndose un partido por sanción.
Sin embargo, a pesar de su despegue meteórico en la élite del fútbol, Soler no ha cambiado su forma de vida: continúa viviendo en la misma casa con su familia y utiliza el coche que le cede el patrocinador del club.
El canterano del 'che' sólo se ha dado el capricho de 'Poncho', un perro dálmata que se compró hace unos meses, y la posibilidad de que sus padres le acompañen a los compromisos del Valencia a domicilio, para verle jugar y hacer turismo.