Ya hay quien tacha a Griemann de 'rata' o 'Judas', sólo por unas declaraciones, quizá desafortunadas, en las que dejaba caer que busca un cambio de aires.
Su destino más problable parece ser el Manchester United, pues los 'red devils' le harán de oro con un salario millonarios contra el que el Atleti no puede competir.
Pero Griezmann no es tonto, y en el fondo sabe que el dinero no lo es todo. Su objetivo es ganar títulos, y con el Atleti sólo ha podido levantar una Supercopa de España desde que llegó. Se ha quedado con la miel en los labios en demasiadas ocasiones.
El francés sabe que irse al United no es la solución a sus problemas en ese sentido. No gana la Premier desde 2013 y la Champions desde 2008.
No es como irse al Madrid o al Barça, que parecen que ganan una o otra año sí y al otro también. Es más, este año el United se ha quedado fuera de los puestos directos a Europa, y depende de ganar la final de Estocolmo para estar en la próxima Champions.
Si la pierde, jugará la tercera ronda previa de la Europa League, como ganador de la EFL Cup. Si se queda en el Atleti, jugará sí o sí la Champions.
Además, sabe que estaría feo, muy, muy feo, marcharse estando sancionado el Atlético por la FIFA. Si el TAS no levanta el castigo, el club rojiblanco no podrá cubrir las bajas que se produzcan este verano, y su marcha dejará muy tocado al conjunto madrileño.
Así, Griezmann parece debatirse entre el paso adelante que supone fichar por un histórico del calibre del Manchester United, el hecho de tener complicado jugar la Champions, y lo poco que diría de él abandonar al Atleti en una situación tan delicada.