Se estima que unos 170.000 aficionados tomen la ciudad de cara al decisivo encuentro, un gran número de ellos sin entrada. Para prevenir posibles ataques terroristas, existirá un cordón de seguridad a dos kilómetros del estadio que impedirá pasar a cualquier individuo que no cuente con una localidad.
Además, se implantará el reconocimiento facial en cámaras situadas en puntos estratégicos (estaciones, alrededores del estadio, etc.). Las capturas serán comprobadas con la base de sospechosos de la policía en busca de 'fichados'.
La UEFA quiere tenerlo todo bien atado, y por ello se plantea que se cubra el techo retráctil del estadio para evitar un posible ataque con drones.
En cuanto al personal de seguridad, hasta 15.000 profesionales estarán al cuidado de los espectadores, con vistas a extinguir cualquier conato de incidencia que pueda afectar al normal desarrollo.
Por último, y para impedir que se repitan tragedias como la de Niza, se colocarán bolardos especiales "capaces de destrozar camiones de esta siete toneladas a una velocidad de 60 km/h", formandoi hasta 52 barreras antiterroristas.