Ahora mismo, Barcelona y Real Madrid encabezan la tabla con 87 puntos. Las cuentas serían muy fáciles de no ser porque a los blancos les queda por jugar un partido más que a su rival.
El Real Madrid ganará la Liga si gana sus dos encuentros, el aplazado contra el Celta en Balaídos del miércoles, y el de la última jornada, ante el Málaga, en La Rosaleda.
También lo será si empata uno de los dos, pues necesita únicamente cuatro puntos de los seis para dejar atrás a un Barcelona que únicamente podría sumar 3.
E incluso podría ser campeón perdiendo uno de los dos y al menos empatando el otro, pero entonces dependería de que el Barcelona naufrague en la visita del Eibar al Camp Nou.
Para que el Barcelona gane, el Madrid debe dejarse puntos en sus encuentros. A los de Luis Enrique las cuentas sólo les cuadran si suman los mismos puntos que sume el Madrid, pero jugando un partido menos.
Estas cuentas se tornarán aún más sencillas, si cabe, una vez termine el encuentro del miércoles en Balaídos.
Tras el mismo, habrá dos escenarios posibles: que todo siga igual, porque el Celta gane, o que el Madrid sea líder de Primera con uno o tres puntos de ventaja.
Pero eso es una historia paro otro día. Para la noche del miércoles, concretamente.