Los magos no aparecen siempre. Ni siquiera todas las veces que debieran. En el fútbol, la magia tiene cabida, especialmente, en la mediapunta, una posición para la que Ganso estaba totalmente olvidado.
Sampaoli no le daba la alternativa desde noviembre, cuando jugó sus últimos minutos en LaLiga. Es cierto que ante el Madrid apareció en Copa en enero, pero fueron 45 minutos que se quedaron como un oasis en el desierto que ha vivido el jugador carioca.
Y qué mejor manera de reivindicarse que con dos goles y todo un recital de pases, combinaciones y disparos que podrían haber terminado en un auténtico escándalo.
El mago suele tener dos ayudantes de manos (en este caso pies) rápidos y sigilosos y con una observación ejemplar. Correa y Jovetic ayudaron al brasileño a que su función fuese completa y del agrado del público.
1-0 y circo sevillista ante el Granada
El espectáculo brilló sobremanera en el primer tiempo. La función empezó bien temprano, cuando Ganso finalizó con gran calidad una buena jugada de Jovetic.
El gol dio alas a los locales, que comenzaron a hacer las delicias de los suyos sobre el césped. El Granada, por su parte, se dedicaba a defenderse cómo podía y a ponerse, una jornada mñas, en manos de Ochoa.
Jovetic, Correa, en tres ocasiones, y Sarabia probaron y comprobaron la fiabilidad del meta mexicano, que vuelve a ser el salvavidas que erminará hundiéndose con el resto del barco.
Armonía sevillista con la desafinación de Ochoa
'Memo' fue el único instrumento que se negó a acoplarse en la sinfonía de Ganso, que siguió dando espectáculo e inventado huecos en la segunda mitad.
Tardó también poco en poner el 2-0 en la reanudación, tras aprovechar un gran pase de Jovetic y hacer el 2-0 a placer en los primeros minutos.
Ochoa evitó el 'hat trick' de Ganso y evitó una goleada a base de grandes intervenciones que solo fueron acompañadas por alguna ocasión de Ponce y Carcela, sin puntería pero, al menos, con voluntad.
Entre paradones del azteca y olés de una grada entregada a la función de Ganso, el partido murió y, con él, otro pedacito de fe nazarí.
El Sevilla iguala a puntos al Atlético y le mete presión en busca de intentar recuperar la cuarta plaza.