En un principio, el Olympique de Lyon pidió que el choque se jugase sin público, algo ante lo que, lógicamente, se ha negado el presidente del club otomano Fikret Orman.
Para mayor seguridad, la expedición del cuadro galo en Turquía sólo estará formada por los jugadores convocados, el cuerpo técnico y Jean-Michael Aulas, presidente de la entidad.
Esta medida quiere evitar otro capítulo bochornoso como el que se vivió en tierras francesas. Una escena que no beneficia a nadie y en la que todos salen perdiendo. ¿Ganará el fútbol alguna vez?