La RFEF tiene sus razones. Para empezar, la ausencia de precedentes exitosos. Ninguna federación ha accedido a este tipo de cambios nunca antes, y hacerlo en este caso crearía un preocupante y peligroso precedente.
Porque Munir jugó un partido oficial, no un amistoso. Y, aunque Marruecos argumente que se trataba de un partido propio de la UEFA, para un torneo de la UEFA, y que eso no afecta en absoluto a la CAF o a Marruecos.
Es un argumento que tiene su punto de validez, pero pese a ello, la FIFA no quiere escucharlo, por razones similares. Para el máximo organismo del fútbol mundial, admitir este cambio sentaría un precedente y no está dispuesto a permitirlo.