El jugador portugués, con apenas 19 años, levantó la Eurocopa siendo importante en la final. Todo eran vino y rosas para Renato, perla del Benfica y fichado a golpe de talonario por el Bayern, ganador de la pasada edición del Golden Boy, justo el premio que se llevó este año Kylian Mbappé.
Su adaptación a Alemania no tuvo los efectos esperados. Apenas jugó 903 minutos repartidos en 25 encuentros. Muy poco para un futbolista llamado a ser importante, fichado por 35 millones y considerado el futuro de Portugal.
Por si fuera poco, no acompañó la actitud de Renato, quien presumía en redes sociales de dinero y lujos mientras apenas se le veía sobre el terreno de juego. Tuvo que pedir perdón.
En verano, el Swansea le abrió las puertas y le dio la oportunidad de reivindicarse. Su fútbol ha estado lejos de brillar, aunque ha jugado nueve encuentros de Premier League. Y el equipo va último.
"Estamos hablando de Renato Sanches, ¿Verdad? Le vi jugar en el Bayern Munich en la Champions League. Ha venido al Swansea y piensas, ¿qué tiene este chico? Y no estoy intentando ser gracioso, es que él es horrible", dijo Robbie Savage, ex futbolista convertido en analista.
La prensa no ayuda, los resultados tampoco... y Renato empieza a preocupar. De ganar el Golden Boy a agotar la paciencia de aficionados.