Con un punto tras el empate en el único partido disputado, Portugal se medirá a la anfitriona, que gracias a su victoria ante Nueva Zelanda se muestra como líder en solitaria del Grupo 1.
Este rival para Portugal tendría que suponerle, a priori, un poco menos de problemas que México, una de las selecciones más fuertes del campeonato. Pero los de Fernando Santos lo darán todo, conscientes de que la clasificación pasa, en gran parte, por este partido.
En caso de ganar, Portugal adelantaría a Rusia y quedaría como líder (en solitario o empatando a puntos con México, depende de lo que haga esta selección), por lo que sólamente dependería de sí misma para lograr la clasificación en la última jornada en la que, además, jugará contra Nueva Zelanda, la 'cenicienta' del grupo.
La motivación de rusos y portugueses es la misma. Unos son anfitriones y los otros quieren seguir haciendo historia, pero los lusos son los que tienen más presión, algo que podría afectarles negativamente. El partido que decidirá el futuro del Grupo 1 se acerca...