Gareth Bale todavía no ha podido acabar una temporada sin problemas desde que aterrizó en el Santiago Bernabéu en el pasado verano de 2013. El extremo, una de las piezas fundamentales en el trío atacante del equipo blanco, acumula hasta 16 lesiones desde el momento en el que se vistió con el escudo del Real Madrid hasta hoy día.
La media sale a cuatro lesiones por temporada y, aun así, el de Gales ha podido estar en casi todas las citas importantes de un Real Madrid que ya empieza a sentir su falta de progresión. Cuando Bale vuelve o se acerca a su mejor nivel, unas molestias, que se materializan en días alejado de los terrenos de juego, hacen que el entrenador deba tirar de banquillo para ocultar la baja de un titular indiscutible.
La parte más afectada ha sido el sóleo, en el que ya acumula hasta siete lesiones, es decir, cinco en el izquierdo y dos en el derecho. El jugador más caro de la historia del Real Madrid ha vuelto a lesionarse después de ser sustituido en el pasado encuentro ante el Bayern de Múnich en Alemania y su presencia en la cita con el Barcelona es una incógnita. Sí, otra vez Bale.
La pesadilla continúa cuatro años después de fichar por un Real Madrid que ya se preocupa por la fragilidad del jugador galés. La última y más importante llegó en el pasado 22 de noviembre cuando estuvo 88 días de baja por una lesión en el tobillo derecho y que frenó el fulgurante inicio de temporada del extremo.