El talentoso futbolista acostumbraba a llegar tarde a cada reunión, enfadando al técnico luso: "Estuvimos en Abu Dhabi durante la pretemporada del Inter en 2009. Y me dormí para el desayuno. Fue la primera vez que estuve tarde".
"Después hubo una reunión del equipo y no llegué porque mi cuarto estaba hasta el 75 piso. Antes de un partido sucedió lo mismo y ya sabía que iba a matarme. Discutimos un poco y ese día tuve que entrenar por mi propia cuenta", prosiguió.
La anécdota que recuerda con especial cariño sucedió en Milán. El jugador llegó al entrenamiento y, de repente, vio que no había nadie en la ciudad deportiva y que Mourinho le estaba esperando.
"El entrenamiento se había cambiado para la tarde, pero Mourinho estaba con su staff y comenzó a aplaudir cuando me vio. Después, me dio su reloj y me dijo que era su hombre", concluyó.