Una imagen insólita se convirtió en protagonista durante el reciente Leipzig-Bayern, perteneciente a la DFB Pokal y que concluyó con la clasificación de los de Múnich por penaltis.
Al descanso, y después de que Vidal y Tolisso pudieran haber visto la tarjeta roja, Ralf Rangnick saltó al terreno de juego y se acercó al árbitro, al que trató de enseñarle en su móvil las entradas de los jugadores del Bayern.
"Por supuesto que esto no puede ser. Lo único que puede provocar con esto es que el árbitro piense: 'Así no se puede acercar a mí", reflexionó tras el encuentro el entrenador del Leipzig.
Pues bien, la osada decisión de Rangnick le ha costado una investigación por parte de la Federación Alemana de Fútbol, que muy posiblemente termine en sanción para el director deportivo del cuadro alemán.